Cuales fueron los países desde los cuales partieron más emigrantes?


Ello fue variando con el tiempo. Durante la mayor parte del siglo XIX, los mayores contingentes de emigrantes salieron de Europa Nord-occidental, con las Islas Británicas -incluyendo a Irlanda- a la cabeza, seguida por Alemania (más correctamente los estados que constituirán en futuro imperio alemán) y en tercer lugar por los países escandinavos.

Durante los primeros decenios del siglo XIX, la emigración del noroeste europeo se dirigió a América del Norte, lo que ayudó a consolidar el origen anglosajón ya instalado en aquellas tierras del nuevo mundo. Los flujos menos intensos, procedentes de España, Italia, Portugal y, en menor medida, de Polonia y Rusia (que tomó importancia luego de que Estados Unidos cerrara la inmigración a estos grupos en 1921) se concentraron en América Latina, manteniéndose una característica diferenciación en la población de las dos áreas americanas.

Desde la segunda mitad del siglo XIX los principales países de emigración fueron los de Europa del Sud - Italia y España- y de Europa centro-oriental, zonas que adquirieron una neta predominancia en los movimientos transoceánicos, incluidos aquellos hacia Norteamérica.

Los países que, como los Estados Unidos, recibieron inmigrantes desde comienzos del siglo XIX, fueron el destino privilegiado de la "vieja emigración" de Europa del Norte; aquellos que, como la Argentina, abrieron más tardíamente las puertas a la inmigración, recibieron en cambio mayoritariamente a europeos del Sud y del Este. Durante la primera fase, de la "old inmigration" , la que se dirigió a Norteamérica y Australia, los factores de expulsión parecen predominar sobre los factores de atracción, aún en su estrecha interdependencia recíproca. Los componentes cualitativos, el papel de guía de los primeros inmigrantes, y las políticas gubernativas, ejercieron una función determinante en la orientación de los flujos migratorios.

En la segunda mitad del siglo XIX maduran las condiciones para la entrada de otros países europeos que hasta el momento habían permanecido al margen del fenómeno migratorio. La consolidación de las economías americanas, en particular de la estadounidense, tras la guerra de secesión (1861-1865), y la revolución en los transportes marítimos, favorecen un éxodo desde Europa de proporciones gigantescas. La producción industrial del mundo aumenta siete veces en este período, permitiendo una fuerte acumulación de capital y la progresiva conformación de un mercado mundial.

Los economistas del siglo XIX, a diferencia de los del siglo precedente, que consideraban negativamente los procesos migratorios, los ven ahora de modo positivo, como instrumento para descargar las poblaciones excedentes y las tensiones sociales en otros territorios, así como para crear nuevos mercados. Se suelen considerar predominantes en esta fase los factores de atracción para la formación de un verdadero mercado internacional del trabajo. También Argentina y el Brasil adoptarán, a partir de los años ochenta, políticas gubernativas e incentivos dirigidos a atraer trabajadores europeos para el desarrollo de sectores enteros de su economía. Durante los últimos veinte años del siglo, los dos países latinoamericanos, logran absorber más de un quinto de toda la corriente migratoria europea.

Parte del excedente de población emigró dentro de Europa: en algunos casos se trataba de movimientos migratorios entre regiones de un mismo estado nacional, en otros de emigración hacia otros países europeos. Francia, por ejemplo, fue un país desde el cual se emigró muy poco, ya que el crecimiento de su población a lo largo del siglo XIX fue el más bajo de Europa. Fue en cambio un país de inmigración.







Caricatura de las colectividades extranjeras en Argentina. Caras y Caretas, 1913.