Premio
nacional en Río Cuarto, Córdoba, la escritora Norma Battú
fue galardonada por su permanente investigación sobre
aquella región de Italia, de donde proviene una rama de sus
antepasados.
El 13 de octubre pasado,
la escritora y abogada santafesina Norma Battú de Reta
recibió la distinción "Piamonteses de Argentina" que otorga
anualmente la Federación de Asociaciones Piamontesas en
Argentina (Fapa), en el marco del Encuentro Nacional de
Piamonteses llevado a cabo en Río Cuarto, Córdoba, que contó
con la participación de 39 delegaciones de todo el país.
El acto se desarrolló en
los salones de Sociedad Italiana "Porta Pía" de esa ciudad,
donde tuvo lugar la 34º Fiesta Anual del Piemonte. En esa
oportunidad, todas las delegaciones se dieron cita para
disfrutar de un encuentro donde se revitalizaron los lazos
de confraternidad y amistad de todos quienes a lo largo de
éstos años tratan de mantener y acrecentar la piemontesidad.
Fue el marco ideal para
entregar el "Premio Nacional Piemontés en Argentina" a cinco
personajes destacados del año, entre los que se cuenta la
santafesina, la única mujer galardonada. Los otros premiados
fueron el CPN Domingo Benso, de Devoto; el Prof. Ronald
Comba, de Brinkmann; el cantautor León Gieco, de Cañada
Rosquín y San Jorge; y Giuseppe Frusso, de San Francisco.
Por León Gieco recibieron el premio miembros de la familia
piamontesa de Cañada Rosquín, ya que el cantautor se
encontraba en el extranjero.
"El premio que me
otorgaron obviamente me enorgullece por todas las mujeres
santafesinas dado que fui la única mujer premiada, pero
también porque en el marco de las reuniones que se
efectuaron, se logró, luego de muchos esfuerzos, la
aceptación de la Asociación de Mujeres Piemontesas en
Argentina como miembro de la Federación", relató a De Raíces
y Abuelos.
Este logro -opinó- fue
fruto de la tenacidad de mujeres como la presidenta del
Centro Piemontés de Santa Fe, María Esther Valli, y de María
Teresa Biaggioni, secretaria, quienes también concurrieron a
la asamblea en representación de la provincia.
Las mujeres también
Además, Battú remarcó que en
aquella ciudad también se desarrollaron diversas actividades
culturales en el Centro Cultural Andino (como exposiciones
fotográficas, proyección de videos y conferencias), y se llevó a
cabo en la Municipalidad el Plenario Anual de Mujeres
Piemontesas donde -entre otras actividades- se presentó en
sociedad a la Asociación de Mujeres Piemontesas de la República
Argentina.
Posteriormente, en la 34º
asamblea anual de la Federación de Asociaciones Piemontesas en
Argentina se renovó el Comité Ejecutivo por finalización de
mandato. Por este motivo, fue electo presidente el Cav. Uff.
José Cercchio, de El Trébol, Santa Fe. Luego de un extenso
debate se aceptó el ingreso en la Fapa de la Asociación de
Mujeres Piemontesas de la República Argentina, "hecho que
constituye un gran logro femenino", insistió la galardonada.
Raíces italianas
Norma Battú es oriunda de
Emilia, provincia de Santa Fe, y tiene raíces italianas
(piamontesas y lombardas) por una rama de su familia, motivo por
el cual integra distintas instituciones de ese origen. Además,
se desempeña en el Departamento de Literatura de la Secretaría
de Cultura de la provincia y, desde allí, apoya a la comuna de
su pueblo natal en proyectos de investigación sobre la
inmigración alpina a las colonias agrícolas santafesinas.
Aseguró que "en mi trabajo
como escritora tengo en cuenta las personas con raíces italianas
pero, obviamente, la mayor parte de mis materiales refieren a la
Lombardía y el Piamonte (o Piemonte, como prefieren decir
ellos), pero también mujeres italianas de otras partes del país.
Por ejemplo, en Cuentos Clasificados tengo un cuento de mujeres
sicilianas, y en el libro Antiguas Recetas de Colonia Emilia
también hay aportes de mujeres de diferentes ciudades, en
general del norte de Italia porque a mi pueblo (Emilia) llegaron
familias de ese sector".
Para poder explicar el
significado de lo que llama "piemontesidad" o lo típico de esa
región de Italia que heredaron las siguientes generaciones de
los emigrados, Norma Battú reseñó "un artículo que en 2000
escribió Eduardo Bernardi, quien decía algo muy cierto: estas
mujeres, que llegaban de sitios donde tenían cierto espacio de
sociabilidad y venían a vivir al medio del campo, en la llanura,
tuvieron que ingeniarse para empezar de cero, para reemplazar
elementos que no existían. También decía Bernardi que el hombre
tenía más espacios de sociabilidad: cuando salía en su jardinera
o sulky decía que se iba a hacer las compras o a buscar el
correo pero mientras tanto pasaba por el boliche o se jugaba una
partida de bochas".
A diferencia de los hombres
-continuó- había mujeres que debían hacer de bandoleras y
enfrentar a los indios, o dar a luz solas en sus casas (si no
alcanzaban a buscar a la partera) y al día siguiente estaban
trabajando la tierra con sus hijos, a la par de los hombres.
Legado familiar
Al reflexionar sobre el
significado de "la piemontesidad actual", la escritora planteó
que "es dejar a nuestros descendientes la idea de que nuestro
trabajo y el estudio valen, que sirven para tener la alegría de
conseguir algo por uno mismo. Heredamos de nuestros antepasados
la fuerza de seguir adelante y transmitir el mensaje del valor
del trabajo, de la creatividad y de apostar a nuevos desafíos,
aventuras y el futuro. También consiste en apostar a la
honestidad de la familia".
Por otra parte, reconoció que
"estoy muy orgullosa de mis ancestros y para hacer mis libros
muchas veces me basé en la tradición oral de la familia. Mis
bisabuelos piamonteses partieron de Casalborgone, provincia de
Torino, y se fueron a radicar un tiempo en Voreppe, Francia. Por
entonces, había un ir y venir entre Francia e Italia. Mi abuela
decía que esto ocurría cuando los Battú hacían fechorías y
escapaban al otro país".
Y continuó: "En Voreppe, mi
bisabuelo trabajaba en una fábrica de cemento y ella (que se
llamaba Ana) en una fábrica de guantes. Era una mujer con otra
visión, diferente a las del siglo XIX. Dejaba a mi abuelo en una
especie de guardería que funcionaba en su fábrica. Mi bisabuela
piamontesa era muy buena nodriza, ama de leche, y amamantó a un
niño de una familia muy rica, según la tradición oral. Le
pagaron tan bien por eso que le alcanzó para pagar los dos
pasajes a América. Yo estoy acá gracias a una piamontesa. Pero
parece ser que no alcanzó para pagar el pasaje de mi abuelo, un
niño de tres años, y lo trajeron en un baúl, de polizonte".
Historias y relatos
Por último, Battú agregó que
"mis raíces piamontesas son muy fuertes. Un pariente Battú de
Francia me escribió una carta y me decía que nuestros
antepasados eran del Piemonte y una mujer de la familia habría
venido a casarse, pero ese casamiento no se habría realizado.
Pero de respuesta le mandé mi libro Las Italianas, en donde se
contaba cómo continuó la historia de aquella mujer, que se
refleja en el cuento La novia desairada".
A su vez -continuó- había
inventado una serie de datos como pálpito, por intuición, sobre
esta historia, que luego se confirmaron cuando recibí los datos
desde Francia. También advertí que se perfumaba la ropa blanca
con romero y no con lavanda porque era gente pobre, todo como yo
lo había imaginado.
En tanto, agregó que "mis
libros Las Italianas y Cuentos Clasificados tienen dos historias
que tratan sobre el mismo personaje. En la primera escribí la
historia tomando en cuenta los elementos que me habían brindado
desde Argentina. Pero luego me puse en contacto con gente de
Francia y de Italia, de la familia, desde donde me enviaron
otros datos. Fue entonces que escribí una segunda versión del
cuento, como viendo la historia desde el otro lado, desde
Europa. Luego envié estos libros a la biblioteca de Casalborgone
y un señor tradujo al italiano dos cuentos: Agua perfumada con
romero y La novia desairada", concluyó.
Una receta renovada
Tangerine pie
En su libro Antiguas recetas
de Colonia Emilia, Norma Battú incorpora una versión de lemon
pie pero con mandarinas, aportada por Marta Meinardi. Y
justifica su originalidad: "Durante los meses fríos, en Emilia,
las casas se ven rodeadas de árboles moteados en toda la gama de
naranja y amarillo. Los cítricos abundan. Marta Meinardi inventó
una variante de lemon pie u orange pie, que le permite
aprovechar no sólo limones y naranjas sino también mandarinas.
Como sus nonnas de Piemonte y Lombardía, ella también usa la
imaginación".
La receta es la siguiente: se
forra un molde con una masa base de tarta dulce y se le da un
golpecito de horno (cinco minutos, más o menos). Se rellena con
una crema que lleva: una taza de jugo de mandarinas; dos yemas;
dos cucharadas de harina; y unos 200 gramos de azúcar. La
cantidad de azúcar depende del dulzor de las mandarinas porque
algunas son más agrias que otras, y de las preferencias. Se
baten los huevos con el harina y el azúcar hasta que quede una
pasta. Se agrega el jugo de las mandarinas. Se pone la mezcla a
hervir, revolviendo. Cuando se vea cocinada, que está casi
hecha, se le incorpora un trocito de manteca para que suavice la
crema. Con esto se rellena la masa. Se cubre con dos claras
batidas a nieve mezcladas con un poco de azúcar y se da un golpe
de horno para dorar el merengue.
Y agrega una sugerencia: si se
usan mandarinas "caseras" (sin tinturas u otros productos
artificiales) se pueden aprovechar las cáscaras para fabricar
licores.
textos de Mariana
Rivera |