Discurso del Lic. Amilcar Renna

Ernesto Renán enseña que la vieja Roma se sacrificó para darle a la humanidad el derecho; es decir, su más magnífico presente. Destaca que los hombres no luchan sólo guiados por factores económicos, no se sacrifican en holocausto de apetitos bastardos ni se desangrar, para tonificar solamente los resortes de nuestra vida material. Expresa que en el fondo de todos los sacrificios palpita una llama íntima , hay algo de fe, de religión, de misticismo; existe esa base subjetiva que es el motor de los grandes esfuerzos. Y termina su lección señalando que nada maravilloso se alcanza sin que el sufrimiento sude copiosamente; porque nada se adelanta sin que la fiebre suprema de !a agonía queme dentro de los pechos como un volcán.

Cuando tengo entre mis manos la correspondencia de mi padre, en los tiempos que estaba de soldado en Nápoles, durante 6 años y desde los 14 años de edad. expresado en sufrimiento despiadado, sin paz, sin amor y lejos de la familia que vivía en Nuceto es algo que estremece. Estas cartas la familia las consideró una documentación de tanta trascendencia que la conservaron en el archivo familiar.

Cuando vuelve a su comarca y empieza a trabajar, su destino son las minas dentro de los túneles asfixiantes, es el momento que reflexiona y decide venir a la Argentina radicándose en Suardi, Pcia de Santa Fe ya estaba poblada por piamonteses. Vive en paz, con trabajo. Se enferma de tuberculosis; lo llevaron a Córdoba zona de adaptación y cuando yo tengo 6 meses fallece en 1926. Esa historia la vivo todo los dias de mi vida

En 1946 pude radicarme en la ciudad de Santa Fe, y empecé a trabajar: como obrero municipal, zapatero y de noche curse el bachillerato nocturno. Mas tarde curse la carrera de Lic. en Cooperativas en la Universidad Católica en la cual luego fui profesor por muchos años.

Entendí que el único camino posible de liberación de la persona humana es la educación. No veo para la sociedad otro destino mejor: la educación. No es mas rico el que mas tiene, sino el que puede vivir mejor, en paz y tolerancia.

Sentí el hermanamiento como un hecho humano superior, sin fronteras: las fronteras existen solamente en la mente de los hombres, debe ser una mística como es la vida misma. Cuando el continente europeo este definitivamente unido estará consagrada la paz.

La guerra no termina con la guerra. La victoria de la guerra aumenta la pobreza, el hambre, el temor, el odio, el militarismo. La guerra es el fenómeno embrutecedor de la historia. Seamos verdaderamente hermanos.

Entonces si podemos decir como Albert Camus: "cuando veas una persona frente tuyo ese es tu hermano"; o el peregrino de Galilea: "Amaos los unos a los otros".