HISTORIA DE DIECISÉIS PESOS
Finalizaba el otoño en
Italia y el puerto de Génova parecía más triste esa tarde, cuando 600
emigrantes, casi todos Piemonteses, aguardaban el momento de ascender
por la escalerilla al barco, en tercera clase, que los conduciría a la
República Argentina, un país donde había mucha tierra para trabajar.
Entre ellos se encontraban Teresa y Miguel, ella con sus ojos azules
llenos de lágrimas y él con un dolor disimulado, viendo como sus seres
queridos los despedían con sus pañuelos en alto.
El barco se fue alejando,
ya no se veía el puerto ni los familiares que fueron a despedirlos,
entonces comienzan a hacer proyectos y a alimentar las ilusiones, que
los acompañarían durante todo el viaje, que resultó casi penoso por las
incomodidades que debieron soportar, pero nada importaba , ¿ que podía
acobardar a quienes traían muy poco en sus baúles pero mucho en sus
corazones esperanzados en una vida mejor ?. Seguramente no, ellos tenían
brazos y manos fuertes para llevar a cabo cualquier tarea y una voluntad
de hierro para iniciar un camino que , sabían, no sería nada fácil.
El viaje duró 26 días y una mañana luminosa, como
signo de buen presagio, comienzan a divisar el puerto de Buenos Aires.
Luego el desembarco y el primer destino: Hotel de Inmigrantes, todo
gris, demasiada gente. Penas y alegrías se confunden, pero la esperanza
permanece intacta, también la incertidumbre de no saber que pasará
mañana. Todo eso duró poco, apenas 4 días porque al llegar los barcos
con su carga de inmigrantes, dueños de campos, fábricas y otras empresas
se acercaban en busca de trabajadores y a Miguel le ofrecieron ir a la
cosecha de trigo, pero tenían que buscar un lugar donde vivir. No fue
difícil, en los conventillos siempre había alguna pieza desocupada pero
el alquiler se pagaba por adelantado. Presurosos se dirigieron a una
casa de cambio con las liras que traían, que eran pocas y resultaron
solo $ 16.-, pero alcanzaron y con trabajo nada los asustaba.
Así fue el comienzo, en la Argentina, de este
matrimonio de Piemonteses que, como tantos otros, con su trabajo fueron
forjando esta Patria nuestra.
Yo quise comentar esta historia de Teresa y Miguel
porque ellos fueron mis queridos padres.
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